A este perro se le supone descendiente directo del perro de muestra del Medioevo, conocido como "perro de Oysel", del cual tenemos conocimiento por la perfecta descripción de Gaston Phoebus. Muy difundido en el Renacimiento, el Epagneul francés era entonces el perro de muestra más conocido, apreciado por las familias de la nobleza y también por muchos cazadores, más allá de los límites de Francia, como lo testimonian muchos cuadros de la escuela holandesa y flamenca. Pero tanta difusión fue mermando poco a poco con el advenimiento de las razas británicas de muestra: Pointer y Setter. Fue el abate Fornier quien la salvó. Recogiendo los pocos y raros ejemplares que aún había, retomó la cría con seriedad y tenacidad. Surge entonces el Club Francés de Epagneul, que dio el impulso definitivo a la raza, hasta el punto de que hoy no sólo ya no corre ningún peligro, sino que, por el contrario, está en continua expansión por todo el territorio francés, aunque en el resto de Europa es relativamente raro.